Sin embargo, esta evolución no es suficiente para contrarrestar el muy notable incremento de la población de 65 o más años: 101.000 personas más, lo que implica un incremento de su peso en la población total, que pasa de un 17,6% en 2000 a un 21,3% por ciento en 2015. Pero donde se produce el mayor incremento es en la proporción de personas de 85 o más años, ya que pasa de un 9,9% sobre la población total en 2000 a un 16,4% en 2015, como consecuencia de un mayor ritmo de crecimiento del segmento de población muy mayor (+5,14% anual) con respecto al conjunto de la población anciana (+1,64% anual). Este ritmo supone un incremento absoluto de más de 40.000 personas de 85 o más años, es decir, pasar de 36.100 a 76.600 personas en 15 años, lo cual es más que una duplicación en tan breve plazo de tiempo.
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