La mayoría de los hombres, alrededor del 40%, se alojó en albergues o residencias frente al 25% de las mujeres que también eligió este alojamiento, según datos de Eustat. También existe gran diferencia en la utilización de los alojamientos de fortuna; este tipo de alojamientos es utilizado por el 15% de los hombres frente al escaso 1% de las mujeres.

Por norma general, las mujeres a diferencia de los hombres apenas utilizan las soluciones que les exponen más, tales como dormir en la calle, en los parques públicos, en un coche…y frecuentan más los alojamientos de larga duración.

Las mujeres utilizan, en primer lugar, los pisos facilitados por las ONGs y, en segundo lugar, los albergues o residencias. Optan por alojamientos en los que se pueden quedar durante un período más largo: las pensiones pagadas, los centros de mujeres maltratadas o las casas de familiares o amigos.

Las mujeres se alimentan con más regularidad que los hombres

En cuanto a la comida del mediodía, el porcentaje de hombres que no suelen comer se encuentra en torno al 5%; en cuanto a la cena, este porcentaje ronda el 10%. En las mujeres, estos porcentajes son inferiores y apenas alcanzan el 1% en la comida del mediodía y el 4% en la cena.

Una de cada dos mujeres come en el piso donde se encuentra alojada y en torno a un 8% de los hombres se alimenta con comida comprada y alimentos donados.

El 39% de los hombres declara tener hijos frente al 68% de las mujeres

Un poco más de la mitad de los hombres se declaran solteros frente al 38% de las mujeres. Entre los encuestados con pareja, destaca además el hecho de que el 70% de los hombres declara no vivir actualmente con ella frente al 19% de las mujeres.

En cuanto al número de hijos, más de la mitad de las mujeres tienen entre dos y tres hijos frente al 35% de los hombres.

La mayor parte de los hombres no vive con sus hijos mientras que las mujeres conviven con sus hijos en un 66%.

Las mujeres disponen de un mayor nivel de ingresos que los hombres

El 46% de las mujeres poseen unos ingresos superiores a 450 euros frente al 20% de los hombres.

La fuente de ingresos cambia totalmente entre las mujeres ya que el 28% dice recibir la Renta Mínima de Inserción (RMI) o Renta Básica y para el 20% su fuente es el trabajo. Entre los hombres, el 13% afirma recibir la RMI o la renta básica y otro 13% reconoce como su fuente principal de ingresos las aportaciones de la gente de la calle.

Por tanto, la fuente de ingresos sigue resaltando las diferencias que el sexo marca en las personas sin hogar. Los hombres frecuentan más la calle y viven con recursos financieros menos estables que los de las mujeres.

Los ingresos de las mujeres con hijos provienen de fuentes más diversas que los de las mujeres sin hijos y se observa que éstas recurren más a las ayudas públicas y familiares. Asimismo, cabe destacar que las mujeres con hijos tienden a mantener una fuente de ingresos de tipo laboral seguramente debido a unas mayores necesidades financieras. En cuanto a los ingresos recibidos, de nuevo las mujeres con hijos, sea cual sea su situación actual, reciben más ingresos y por tanto son más independientes económicamente que las que no tienen hijos.

El grado de satisfacción con los servicios sociales es superior entre las mujeres

El 42% de los hombres se declara bastante o muy satisfecho con el servicio prestado por los servicios sociales, mientras que entre las mujeres este grado de satisfacción se eleva al 71%.

El conjunto de circunstancias adversas que rodean la vida de las personas sin hogar ha propiciado que el afectado haya sido detenido en alguna ocasión (35%). Existe además un porcentaje de hombres que ha sido detenido (41%) más elevado que de mujeres (16,5%).