Nota de prensa de 20/11/2013
Continúa aumentando la esperanza de vida de hombres y mujeres en la C.A. de Euskadi
La fecundidad sigue en niveles bajos y casi desaparecen los terceros hijos, mientras la nupcialidad desciende
Los resultados de los Indicadores Demográficos elaborados por Eustat permiten prever que un varón recién nacido en la C.A. de Euskadi viva casi 79 años y tenga una probabilidad de casarse del 49%. En el caso de que sea mujer, su esperanza de vida se prolongará hasta los 85,4 años, su probabilidad de casarse será de algo más de 54% y tendrá un solo hijo. En ambos casos se mudarán de residencia 8 veces a lo largo de su vida.
Tanto los hombres como las mujeres de la C.A. de Euskadi han experimentado un incremento constante de su esperanza de vida. Atendiendo a los indicadores observados hace 35 años (69,6 años de esperanza de vida para varones y 76,9 años para las mujeres en 1975), se constata que la esperanza de vida de las mujeres se ha incrementado en 8,5 años y la de los hombres en 9,3. Los varones han ganado 3,2 meses más de vida cada año hasta alcanzar los 78,9 años, mientras que las mujeres se han beneficiado de 2,9 meses más por año, llegando a los 85,4 años. La diferencia entre las esperanzas de vida de ambos sexos se ha reducido a 6,6 años desde la máxima de 8,7 que se dio hace 20 años.
De todas maneras, son pocos los países desarrollados que pueden preciarse de poseer tan alta esperanza de vida, especialmente en el caso de las mujeres. La esperanza de vida femenina es idéntica a la de España y supera la de Alemania y la de la Unión Europea en su conjunto (83,2 años), aunque es aun ligeramente inferior a la de Francia (85,7 años). La de los hombres también supera a la Unión Europea (77,4) y Alemania (78,4), pero se sitúa 1 año por debajo de la española (79,4 años).
Los tumores constituyen la principal amenaza a los años de esperanza de vida. Si se consiguieran eliminar totalmente los tumores, los hombres prolongarían su vida casi 5 años y las mujeres tres años. Más suaves son, en cambio, los detrimentos provocados por las causas externas de defunción, que restan 9 meses de vida a los hombres y sólo 3 meses a las mujeres. Si se tienen en cuenta únicamente a los accidentes de tráfico, que se incluyen entre las causas externas, la reducción se cifra en 4 meses para los hombres y en sólo 2 meses para las mujeres.
La fecundidad continúa en unos niveles bajos
La fecundidad de la C.A. de Euskadi se halla en límites bajos si se compara con la que se registra en los países de nuestro entorno. En 2011 el promedio de hijos se sitúa en 1,3, muy lejos de los 2,7 hijos de media obtenidos en 1975 y de los 2,1 necesarios para el remplazo generacional. El índice más bajo lo presenta Bizkaia, 1,26, mientras que Álava alcanza 1,42 hijos por mujer y Gipuzkoa queda en medio con 1,39. En el contexto internacional el índice de fecundidad se sitúa en niveles similares a los de Alemania (1,36 hijos), pero está por debajo de la media europea (1,57) y a gran distancia de Francia (2 hijos).
En base a estos datos, es de prever que una mujer media tenga 0,76 primeros hijos, lo que presume que una cuarta parte de las mujeres no tenga ninguno, 0,5 segundos hijos y apenas una de cada diez alumbrará un tercero. En este sentido, el descenso de la fecundidad de rango tercero o más es del 90% con respecto a 1975.
La edad media para la maternidad es bastante similar en los tres territorios, alrededor de los 32 años, 3,8 años más tardía que en 1975, produciéndose una fuerte concentración de los alumbramientos en torno a esta edad.
Descenso de la nupcialidad
En las condiciones de 2011, el porcentaje de solteros que acabaría por casarse sería del 49,3% de los hombres y el de solteras llegaría al 54,5%, lo que supone un descenso importante sobre los índices de 2005, que fueron de 53,8% y 58,5% respectivamente. Visto desde el otro punto de vista, estos datos significan que más de la mitad de los varones se quedarían solteros al igual que algo más del 45% de las mujeres. Esta situación está muy lejos de la que se daba hace 35 años, cuando prácticamente el 100% de las personas acababan casándose.
El análisis de la nupcialidad subraya que sigue retrasándose la edad al matrimonio. La edad media al primer matrimonio es de 35,1 años para los hombres (8,4 años más tarde que en 1975) y 32,8 años en el caso de las mujeres (8,6 años más que en 1975).
Como sucede con la fecundidad, se constata una considerable concentración de los matrimonios en determinadas edades. Entre los 30 y los 36 años se produce el 48,1% de los matrimonios de los varones y entre los 28 y los 34 años el 52,8% de los de las mujeres.
En promedio, un habitante de la C.A. de Euskadi realizará 2,5 emigraciones a lo largo de su vida
Lo más frecuente es que la emigración tenga un carácter intraprovincial, es decir, que el municipio de destino se sitúe en el mismo territorio que el de partida; sucede así en más de la mitad de las migraciones (1,4 de un total de 2,4 para los varones y 1,5 de un total de 2,5 para las mujeres). En cambio, a un ciudadano medio le corresponden sólo 0,8 emigraciones con destino a fuera de la C.A. de Euskadi (un tercio del total de emigraciones). Las migraciones entre territorios apenas suponen el 8% del total.
Por territorios se da una diferencia bastante acusada entre Bizkaia y Gipuzkoa, por un lado, y Álava, por el otro. Mientras Álava tiene unas emigraciones de casi 1,9 para ambos sexos, Gipuzkoa presenta un índice de 2,3 y Bizkaia alcanza los 2,8 movimientos. Estas diferencias se deben a la movilidad intraprovincial, ya que Gipuzkoa tiene 1,3 movimientos de este tipo y Bizkaia supera 1,7, mientras que Álava apenas llega a los 0,7, debido a las características del poblamiento en la provincia, dominado por el peso de Vitoria-Gasteiz. En los demás tipos de movilidad los índices son bastante similares.
Por otra parte, a medida que aumenta la distancia recorrida por los emigrantes lo hace también su edad, de forma que, en promedio, los varones que se mueven dentro de los tres territorios son los más jóvenes, con 30,1 años, en tanto que las mujeres llegan a 32,7 años; los mayores son los que emigran fuera de la C.A. de Euskadi: los emigrantes varones de este tipo cuentan con 36,9 años y las mujeres con 35,8.
Por lo que respecta a los traslados dentro del propio municipio, la que presenta mayor movilidad es la población alavesa, con 6,4 movimientos de media, y los que menos los residentes en Gipuzkoa, por motivos inversos a los de la emigración intraprovincial: en Álava muchos movimientos tienen lugar dentro de los límites geográficos de Vitoria-Gasteiz.
Si se suman las emigraciones a los cambios de domicilio, un residente de la C.A. de Euskadi realizaría alrededor de 8 cambios de residencia a lo largo de su vida, ya sea dentro de su municipio o fuera de él.
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