Nota de prensa de 16/10/2015
ENCUESTA DE BIENESTAR PERSONAL-EBP 2014
La población de la C.A. de Euskadi califica de notable su satisfacción con la vida
El estado de salud y el paro se revelan como los factores que más influyen en la percepción del bienestar personal
La población de la C. A. de Euskadi puntúa con notable (7,1) su satisfacción con la vida en general, según datos elaborados por Eustat a partir de la Encuesta de Bienestar Personal, operación que se publica por primera vez y en la que se ofrece información detallada sobre la percepción del bienestar de la población de la C.A. de Euskadi, a través de una serie de preguntas que miden preferentemente aspectos de la calidad de vida diferentes de la dimensión material.
Para ello, se solicita una valoración de la satisfacción con la vida en general y con distintos aspectos como la situación económica, la vivienda y el tiempo de ocio disponible, la confianza en las personas e instituciones, las relaciones personales, la seguridad de la zona donde vive y la satisfacción con el trabajo, en el caso de la población ocupada.
Según datos de EUROSTAT, la satisfacción global con la vida en 2013 para el conjunto de la población de la Unión Europea (EU28) es de 7,1, igual a la de la C.A. de Euskadi. Los países con mayor nota son Dinamarca, Finlandia y Suecia (8,0) y los únicos que suspenden son Serbia (4,9) y Bulgaria (4,8).
Los datos publicados por el INE, referidos también a 2013, muestran una valoración global de 6,9 para la población española, siendo Illes Balears (7,3) y Comunidad Foral de Navarra (7,2) las Comunidades Autónomas más satisfechas con su vida, frente a Castilla y León (6,5) y Galicia (6,1), que muestran la menor satisfacción.
En el caso de la C. A. de Euskadi, la puntuación más alta (7,7) se observa entre las personas que declaran tener muy buena salud y la más baja (4,7) entre las que la tienen mala o muy mala.
Este indicador no sólo ofrece peores valoraciones a medida que empeora la salud de las personas, sino que también lo hace con el aumento de la edad, pasando de 7,6 entre los jóvenes de 16 a 24 años a 6,9 entre las personas con 65 o más años.
Por el contrario, las valoraciones son mejores cuanto mayor es el nivel de instrucción, mejor es la situación económica del hogar o más intensas son las relaciones familiares.
No se aprecian diferencias significativas entre mujeres y hombres, mientras que a nivel territorial los mejores resultados los obtienen las personas residentes en Gipuzkoa (7,2), seguidas de las residentes en Álava (7,1) y finalmente de las residentes en Bizkaia (7,0).
Respecto al lugar de nacimiento, los valores más bajos, por debajo de la media, se dan entre las personas nacidas fuera de la C.A. de Euskadi (6,9) o en el extranjero (6,8).
En cuanto a la relación con la actividad, en el colectivo de las personas paradas se observa una de las puntuaciones más bajas (5,9).
El Valor de la vida recibe la nota más alta 7,5
La valoración de la vida se puntúa en promedio con un 7,5 y es calificada de “alta” por el 56,1% de la población, frente al 3,8% que la considera “baja”.
Se aprecia mejor nota entre las mujeres (7,6) que entre los hombres (7,4), mientras que a nivel territorial son, en este caso, las personas residentes en Bizkaia (7,6) las que más valoran su vida. Los residentes en Álava y Gipuzkoa califican su vida con un 7,5 en ambos casos.
En cuanto a la relación con la actividad, son las personas ocupadas quienes más la valoran (7,7), seguidas de las inactivas (7,5) y las paradas las que menos (6,9).
Este indicador ofrece peores valoraciones a medida que empeora la salud o aumenta la edad, mientras que mejora cuanto mayor es el nivel de instrucción o más frecuentes son las relaciones familiares.
La media de este indicador para el conjunto de la EU28 se sitúa en 7,4 y, en cuanto a los países de nuestro entorno, España y Portugal (7,5) valoran la vida de la misma manera que la C.A. de Euskadi, mientras que Francia la valora algo menos (7,1).
Las Relaciones personales se sitúan como el segundo aspecto mejor valorado (7,5)
La valoración de las Relaciones personales aumenta a medida que lo hace el nivel de instrucción, mejora la situación económica del hogar o la salud o se intensifican las relaciones familiares. Alcanza su valor máximo (7,7) entre los jóvenes de 16 a 24 años y va disminuyendo a medida que aumenta la edad, aunque en el grupo de 65 y más años (7,4) experimenta una ligera mejoría.
Las personas paradas (7,2) tienen peores relaciones personales que las ocupadas (7,5) o inactivas (7,4), mientras que no se observan diferencias significativas entre hombres y mujeres, ni entre territorios de residencia.
En cuanto al lugar de nacimiento, la valoración más baja la tiene el colectivo de personas nacidas en el extranjero (7,3).
La Satisfacción con la vivienda y el entorno es alta en prácticamente todos los colectivos
Para el indicador Satisfacción con la vivienda y el entorno (7,2), los mejores resultados se obtienen entre las personas que declaran muy buena su salud (7,5), seguidas por las que tienen una buena situación económica (7,4) y las de 65 y más años de edad (7,3). Los hombres (7,2) están ligeramente más satisfechos que las mujeres (7,1), así como las personas nacidas en el extranjero, en Álava o en Gipuzkoa (7,2 en los tres casos), en comparación con las nacidas en Bizkaia (7,1).
Finalmente, el valor más bajo (6,7) se observa en el colectivo de las personas paradas.
El Estado de ánimo depende fuertemente de la salud percibida
El indicador de Estado de ánimo, cuya media para el total de la población alcanza un 6,5, obtiene el valor más bajo entre las personas con salud mala o muy mala (4,9) y el más alto entre las que declaran tenerla muy buena (7,0). El segundo valor más bajo se observa entre las personas paradas (5,8).
Este indicador también ofrece peores valoraciones a medida que empeora la salud, mientras que mejora cuanto mayor es el nivel de instrucción o más frecuentes son las relaciones familiares.
A nivel territorial, las personas residentes en Bizkaia (6,3) son las que lo tienen más bajo, frente a las residentes en Álava y Gipuzkoa, cuya media alcanza el 6,7. En cuanto al lugar de nacimiento, son también las nacidas en este territorio (6,4), junto con las nacidas en el extranjero (6,2), las que se sienten menos animadas.
El indicador obtiene mejor nota entre los hombres (6,9) que entre las mujeres (6,3) y, comparando por edades, las personas entre 35 y 64 años (6,4) se sienten peor que los jóvenes de 16 a 24 (6,7) y que los mayores de 65 (6,6).
Las personas mayores son las más satisfechas con su tiempo de ocio
Frente a una media de Satisfacción con el tiempo de ocio del 6,5, el grupo de personas de 65 y más años otorga la mayor valoración (7,4), mientras que las de 35 a 49 años dan la menor (5,7). También califica con buena nota (7,1) el colectivo de las personas inactivas, frente a un 5,8 entre las ocupadas.
Las mujeres (6,4) están ligeramente menos satisfechas que los hombres (6,5), así como las personas residentes en Bizkaia (6,4), respecto a las que viven en Álava o Gipuzkoa (6,6).
Este indicador, a diferencia de los anteriores, obtiene peores resultados a medida que aumenta el nivel de instrucción, pasando del 6,9 de las personas sin estudios al 6,2 de las que tienen estudios superiores.
En comparación con otros países, en 2013 la satisfacción con el tiempo de ocio del conjunto de la población de la EU28 es de 6,7. Las mejores valoraciones se registran en Dinamarca (7,8) y Finlandia (7,7) y la peor en Bulgaria (5,7), mientras que el valor para España es 6,6, ligeramente superior a la media vasca.
El colectivo de parados es el menos satisfecho con la economía doméstica
En el caso del indicador Satisfacción con la economía doméstica (6,4), la variación está entre el suspenso (4,3) de las personas paradas y el notable (7,2) de aquellas que consideran su situación económica “buena”.
Están más satisfechas las personas residentes en Gipuzkoa (6,6), que las residentes en Álava (6,4) o Bizkaia (6,3), y las nacidas en aquel territorio (6,8) en relación a las nacidas en Álava (6,5), Bizkaia (6,3) y, sobre todo, nacidas en el extranjero (5,6).
En cuanto a la edad, se observa que, curiosamente, el más satisfecho es el grupo de jóvenes de 16 a 24 años de edad (6,7), seguido por el de mayores de 65 (6,4).
El valor del indicador aumenta a medida que lo hacen el nivel de instrucción y la salud percibida.
La Confianza en las personas recibe la nota más alta entre la juventud
El indicador Confianza en las personas (6,3) alcanza su mayor puntuación (6,7) entre las personas de 16 a 24 años. La confianza es “alta” para el 27,9% de la población, mientras que es “baja” para al 12,9%.
Las mujeres confían igual que los hombres (6,3), en tanto que las personas residentes en Bizkaia (6,2) lo hacen menos que las de Álava y Gipuzkoa (6,4), mientras que la menor confianza se da en el colectivo de parados (5,9) o entre los que tienen una salud de regular a muy mala (5,8).
La Confianza en los poderes públicos obtiene el peor resultado, por debajo del aprobado (3,4)
Sólo un 1,3% de la población confía “mucho” en los poderes públicos, frente al 69,2% que confía “poco”.
Aunque en ningún grupo poblacional los poderes públicos logran el aprobado, es reseñable que la mayor puntuación se haya obtenido en el grupo de las personas nacidas en el extranjero (4,2).
La confianza de las mujeres (3,5) es algo mayor que la de los hombres (3,3) y, en cuanto a la edad, el grupo de personas de 25 a 34 (3,1) son quienes menos confían en el sistema político, en el judicial y en la policía.
De nuevo las personas con escasas relaciones familiares (2,9) y los parados (3,0) son los que presentan los valores más bajos de este indicador.
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