Nota de prensa de 10/05/2018
La esperanza de vida ha aumentado en todas las comarcas de la C.A. de Euskadi
Aunque las comarcas rurales alavesas siguen teniendo la esperanza de vida más alta, las diferencias han disminuido
La esperanza de vida de los habitantes vascos está muy próxima, e incluso por encima en el caso de las mujeres, a la de los países más desarrollados, según datos elaborados por Eustat. Su aumento ha sido espectacular, ya que desde 1980 a 2010 el incremento ha sido de casi 8 años en el caso de los hombres y de casi 6 en las mujeres.
En todo este período la esperanza de vida registrada en las comarcas alavesas ha superado a las vizcaínas o guipuzcoanas, sobre todo en el caso de las mujeres. Pero han sido las comarcas vizcaínas las que en estos 30 años han experimentado los incrementos más elevados, aunque es cierto que partían de los valores más bajos.
Entre los hombres, la comarca que más ha visto crecer su esperanza de vida ha sido la de Donostia-San Sebastián (9,1 años) y, entre las mujeres, Llanada Alavesa (6,8 años). También en estos casos se debe a que partían en 1980 de unos índices más bajos. Las restantes comarcas alavesas son las que presentan unos incrementos menores durante estos 30 años en ambos sexos; incluso el incremento es casi nulo para los hombres de Valles Alaveses.
No obstante, el hecho más importante de la evolución de la esperanza de vida entre 1980 y 2010, aparte de su incremento, es la tendencia hacia la homogeneización de los años de vida entre los diversos ámbitos territoriales de la C.A. de Euskadi. A nivel de territorio y entre los hombres esto es evidente, ya que de una diferencia en esperanza de vida entre Álava y Bizkaia de 2,8 años en 1980 se ha pasado a 1,6 años en 2010. Entre las mujeres también ha disminuido, en menor medida, ya que ha pasado de 1 año a 0,6 en este período.
Si se calculan las diferencias entre la comarca de más esperanza de vida y la de menos para cada sexo en estos 30 años, se observa que la de los hombres presenta una disminución constante: partiendo de 8,4 años en 1980 cae a 3,8 años en 2010. Por otro lado, la diferencia entre las mujeres ha seguido una evolución algo menos acusada, ya que ha disminuido en 2,9 años en este período.
Dentro de los territorios, las comarcas de Álava son las que en mayor medida han experimentado esa tendencia de homogeneización de las esperanzas de vida, aunque partían de una desigualdad mucho más alta. Entre los hombres la disminución ha sido un poco más elevada, ya que de una diferencia de 6,4 años en 1980 se ha pasado a 2,9 en 2010, mientras que entre las mujeres ha disminuido en 4,6 años (de 5,9 años en 1980 a 1,3 en 2010). A pesar de esto, la diferencia entre la comarca con el índice más elevado y la que tiene el mínimo es la mayor tanto por territorios como por sexo.
En las comarcas de Bizkaia y Gipuzkoa las diferencias al principio del período eran mucho más reducidas; concretamente la más elevada se daba entre los hombres de Gipuzkoa con 2,9 años. Seis lustros más tarde la diferencia era menor, llegando al mínimo de 0,9 años entre los hombres de las comarcas de ambos territorios.
La fecundidad continúa en unos niveles bajos, aunque se ha dado una ligera recuperación
La evolución de la fecundidad en las comarcas ha seguido la misma tendencia que la observada en el conjunto de la C.A. de Euskadi. Entre 1980 y 1995 disminuyó en todas ellas con mayor o menor intensidad y desde 1995 al 2010 se produjo una recuperación, aunque débil.
En 1980 ninguna comarca superaba los 2,1 hijos por mujer; la que más se acercaba era Rioja Alavesa, con 2,05, mientras Bajo Deba sólo alcanzaba 1,25 hijos por mujer. Hasta 1995 el descenso de la fecundidad fue tan acusado que sólo siete comarcas superaban 1 hijo por mujer, siendo Urola Costa la que presentaba un índice más alto, aunque sólo alcanzaba el 1,2; en ese mismo año Valles Alaveses tenía la fecundidad más baja de todo el período estudiado con 0,66 hijos por mujer. En el año 2010 todas las comarcas tenían más de 1,2 hijos de media por mujer, destacando las comarcas de Goierri y Tolosa con 1,6.
En estos 30 años las tres comarcas que han reducido su fecundidad alrededor de un 34% son Gran Bilbao, Llanada Alavesa y Donostia-San Sebastián, donde se localizan las capitales de los tres territorios. Hay que destacar que, en las comarcas de Gipuzkoa salvo Donostia-San Sebastián, el descenso de la fecundidad ha sido menor que la media de la C. A. de Euskadi; incluso Bajo Deba y Tolosa se recuperan en un 17,2% y un 7,5% respectivamente.
Por otra parte, la edad media a la maternidad, que en 1980 rondaba los 29 años en todas las comarcas, en 2010 se ha elevado alrededor de 4 años en la mayoría de ellas. En Valles Alaveses y Montaña Alavesa la edad media sólo ha aumentado en 2,3 años, pero es que ya partían de los valores más altos.
Desciende la nupcialidad y se retrasa el matrimonio
En 1980 la comarca de Arratia-Nervión presentaba los índices de nupcialidad más elevados tanto para los hombres como para las mujeres, con casi el 90% de personas que acabarían casándose; en el otro extremo estaba Bajo Deba con unos porcentajes inferiores al 50% con lo que se aprecia la gran disparidad en el comportamiento nupcial entre las comarcas. Treinta años después estas diferencias han disminuido mucho debido al descenso de los índices de nupcialidad en todas las comarcas: los máximos se dan ahora entre Alto Deba (más del 60%) y los mínimos en Valles Alaveses (menos del 40%).
Resulta significativo que las comarcas que en 1980 presentaban unos porcentajes de nupcialidad muy reducidos (Bajo Deba, Alto Deba o Tolosa) en lugar de compartir la evolución general de descenso de la nupcialidad hayan mantenido e incluso aumentado su intensidad respecto del resto de comarcas en 2010. De esta forma, mientras que en 1980 la nupcialidad de Llanada Alavesa era un 40% superior al de Bajo Deba, en el año 2010 las personas residentes en esta comarca se casan un 25% más que en aquélla.
Otra característica significativa de la evolución de la nupcialidad se encuentra en la variación de la intensidad por sexo: en 1980 un número importante de comarcas presentaba unos índices superiores para los hombres, entre ellas Llanada Alavesa, Gran Bilbao y Donostia-San Sebastián, pero las diferencias se han reducido hasta tal punto que ahora la primonupcialidad es más frecuente en las mujeres.
Las mujeres de la C.A. de Euskadi se casan en promedio más de 2,2 años antes que los hombres y esta diferencia prácticamente se mantiene estable desde 1980 al 2010. Pero lo más significativo es que la edad al matrimonio se ha elevado casi 9 años en ambos sexos. En 2010 la edad mínima entre los hombres se registra en Encartaciones con 33,8 años y la máxima en Markina-Ondarroa con 36,2. Entre las mujeres, la edad mínima se da también en Encartaciones (31,3 años) y la máxima en Montaña Alavesa (33,7 años).
Nota metodológica
Hay que hacer notar que los índices aquí presentados se calculan sobre agrupaciones de cinco generaciones, para lo cual se contabilizan los sucesos de 5 años antes y 5 años después de la fecha de referencia. Por ejemplo, para los indicadores de 2010-2011 se contabilizan las defunciones, los nacimientos y los matrimonios ocurridos entre 2006 y 2015 para las generaciones agrupadas quinquenalmente a 1 de enero de 2011.
Para más información:
Eustat - Euskal Estatistika Erakundea / Instituto Vasco de Estadística
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