Nota de prensa de 15/06/2022

PANORAMA DEMOGRÁFICO. 2022

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La población de 65 y más años se multiplica por 2,5 veces en la C. A. de Euskadi entre 1981 y 2021, llegando al 23% del total

La población de la C. A. de Euskadi en 2021 supera en 51.390 personas a la de 1981

La población de la C.A. de Euskadi entre 1981 y 2021 se ha incrementado en más de 51.000 personas, si bien con variaciones de distinto signo a lo largo del periodo, según se desprende del análisis de los fenómenos demográficos que realiza Eustat y sintetizados en el Panorama Demográfico 2022.

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En un primer período, de 1981 a 2001, se pierden algo más de 59.000 personas, la mayor parte en la década de los 90, en la que se juntan saldos migratorios negativos con saldos vegetativos (diferencia entre nacimientos y defunciones) también negativos. Entre 2001 y 2011 se ganan más de 91.000 personas, debido a los saldos migratorios altamente positivos a lo que se añaden unos saldos vegetativos también positivos, con lo que en estos diez años se ha recuperado con creces lo perdido en los 20 años anteriores.

En los años 2012 y 2013 decrece la población producto de los saldos migratorios negativos, pero a partir de 2014 vuelve a crecer hasta llegar al año 2020 con el máximo histórico de residentes en la C. A. de Euskadi, en casi 2.200.000, debido exclusivamente al saldo migratorio, ya que el saldo vegetativo fue crecientemente negativo. A lo largo de 2020 el volumen de población vuelve a bajar, concretamente 9.508 habitantes respecto a 2019, como consecuencia de los efectos de la pandemia de COVID-19 sobre los fenómenos demográficos, que hizo fuertemente negativo el saldo vegetativo, pero no se equilibró con un saldo migratorio que, aunque positivo, fue un cuarto del que se dio un año antes.

Respecto a la estructura de la población de la C. A. de Euskadi, la evolución de la distribución por grandes grupos de edad muestra un acusado y continuo descenso de efectivos en las edades más jóvenes, a la vez que un aumento en las edades más maduras. Entre 1981 y 2021 la población de 65 y más años se multiplica por 2,5 y pasa del 9% al 23%. A ese ritmo pierde también espacio el estrato joven: una de cada tres personas en 1981 tenía menos de 20 años frente al 18% de 2021. Mucho más notorio ha sido el incremento de las personas más ancianas, las de 85 y más años, ya que su número se ha multiplicado por 5,3 en estos 40 años, alcanzando el 4,1% del total.

La tasa bruta de natalidad se sitúa en 6,7 nacimientos por cada 1.000 personas en el año 2020

La tasa bruta de natalidad ha descendido notablemente en los últimos diez años, del 9,7 por mil en 2011 al 6,7 en 2020, la tasa más baja desde 1976 que casi alcanzaba el 20 por mil y estaba por encima de la española. Traducido a número de nacimientos, significa una disminución del 64% en este periodo, es decir, 26.361 nacimientos menos. La natalidad de 2020 solo ha bajado un 4,4% sobre el año anterior, descenso inferior al que se ha dado en otros años, por lo que parece que no ha habido influencia en el comportamiento de este fenómeno demográfico por la pandemia de COVID-19, salvo en los dos últimos meses del año.

La edad media de las madres al nacimiento de los hijos e hijas ha aumentado en 4,4 años desde 1981 hasta llegar a los 33 años en 2020, cifra superior a la española (32,3 años) y a la de otros países como Italia (32,2 años), Portugal (31,6 años) o Alemania (31,3 años), que tienen también baja fecundidad.

La edad media al fallecimiento se ha retrasado más de 15 años

El número de defunciones se ha incrementado en un 70,1% desde 1980, pero hay que tener en cuenta la sobremortalidad que se ha producido en 2020 por causa del COVID-19; si no se hubiera producido, el incremento habría sido del 48,4%. Desde 1976, la esperanza de vida de los hombres y de las mujeres de la C.A. de Euskadi han experimentado un incremento constante llegando en 2019 a sus niveles más elevados: 80,8 años para los hombres y 86,6 para las mujeres. La esperanza de vida de los hombres en 2020 bajó una décima respecto a 2019, mientras que la de las mujeres disminuye en 3 décimas.

Este descenso es debido a la sobremortalidad provocada por la pandemia de COVID-19. Si no se hubieran producido las muertes por ésta, la esperanza de vida habría llegado a los 81,3 años en los hombres y a los 86,8 en las mujeres, es decir 5 décimas más en los hombres y 2 décimas más en las mujeres que en 2019. Esta disminución de la esperanza de vida entre 2019 y 2020 está lejos de la que se ha dado en el conjunto de España, ya que ha descendido en 1,5 años en los dos sexos, siendo esta una de las más altas que se ha producido en los países de la Unión Europea, pues en su conjunto el descenso ha sido de 0,8 años para los hombres y de 1 año para las mujeres.

Las causas de fallecimiento –al margen de las producidas por el COVID-19– han variado en los últimos 30 años, sobre todo en los tumores y en las enfermedades del sistema circulatorio. En 1990 estas últimas producían casi el 36% de las defunciones, mientras que los tumores eran los causantes del 27%. La evolución de estos dos grupos de causas hace que en 2020 los tumores tengan un mayor peso (29,4%) que las enfermedades del sistema circulatorio (26,5%).

Las causas externas han disminuido su incidencia en este período desde casi un 6% en 1990 al 3,5% en 2020, debido a la fuerte bajada de los accidentes de tráfico. Pero son las enfermedades del sistema nervioso y los trastornos mentales las que han experimentado un mayor crecimiento, ya que pasan de un 4,3% en 1990 a un 15,3% en 2020, debido, sobre todo, al aumento de la enfermedad de Alzheimer y las demencias.

Desde el año 2000 la causa principal y, a veces única, de crecimiento de la población ha sido el saldo migratorio

Entre 1988 y 1999 la C. A. de Euskadi perdió 52.638 personas por las migraciones, pero desde el año 2000 ganó 169.425, debido fundamentalmente al incremento de las inmigraciones de personas extranjeras. En los veinte años transcurridos del presente siglo han inmigrado 787.321 personas frente a las 617.896 que emigraron, invirtiéndose el sentido de los últimos once años del siglo XX, donde la relación fue de 136.159 inmigrantes frente a 188.797 emigrantes.

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Entre 2014 y 2019 el saldo migratorio positivo fue mayor cada año, hasta llegar en 2019 a ser el más cuantioso desde 1988. En 2020, aunque siguió siendo positivo, bajó un 77% respecto al año anterior, debido a las restricciones a la movilidad decretadas para combatir la pandemia.

Desde 1988 a 2020 los saldos migratorios con el exterior de la C. A. de Euskadi se han comportado de distinta manera según el ámbito geográfico que se analice. Los saldos con el extranjero siempre han sido positivos, salvo en los años 2012, 2013 y 2014 con 12.851 personas menos, pero hasta el año 1997 eran muy exiguos y no superaban las 2.000 personas. En 2019 se alcanzó la cifra de 18.133 personas, pero en 2020 bajó un 71%.

Los saldos con el resto de España, en cambio, han sido negativos a lo largo de todo el período 1988-2008. En 1988 se dio el saldo negativo más alto, con más de 21.000 personas, y en los demás años se estabilizó en torno a las 4.000. Con 49 personas, 2008 es el primer año, desde que Eustat elabora esta estadística, en el que se registran más inmigraciones a la C.A. de Euskadi desde otras Comunidades que emigraciones hacia ellas. En los siguientes años ha ido aumentado este saldo hasta las 6.638 personas en 2011, aunque el año 2019 se situó en 1.335. La pandemia tuvo más efecto sobre el saldo migratorio con el resto de las Comunidades Autónomas, ya que pasó a ser negativo y se perdieron 733 habitantes.

Cada vez menos contrayentes y más mayores

Las restricciones en los movimientos de las personas decretados para combatir el COVID-19 ha tenido como efecto el brusco descenso en el número de los matrimonios en 2020 a los 3.750 desde los 6.912 del año anterior, es decir, un 45,7% menos, por lo que la tasa bruta de nupcialidad se situó en el 1,7‰, frente al 3,2‰ del año anterior y esta era casi un 59% menos que la de 1978. La nupcialidad vasca siempre ha sido más baja que la de los países del entorno, pero la diferencia se ha incrementado en 2020; la tasa bruta de nupcialidad del conjunto de la Unión Europea se ha situado en 3,2‰.

Además de la disminución en el número de matrimonios, la característica más importante del comportamiento nupcial de la población vasca es el aumento en la edad de las personas contrayentes solteras. Desde 1988 la edad media de los esposos ha aumentado 9 años y 10 en el caso de las esposas. En 2020 la edad media de los hombres solteros que contrajeron matrimonio fue de 38 años y 36,2 la de las mujeres solteras.

Para más información:

Eustat - Euskal Estatistika Erakundea / Instituto Vasco de Estadística C/ Donostia-San Sebastián, 1 01010 Vitoria-Gasteiz Servicio de Prensa: servicioprensa@eustat.es Tlf: 945 01 75 62

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La población de 65 y más años se multiplica por 2,5 veces en la C. A. de Euskadi entre 1981 y 2021, llegando al 23% del total

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Panorama demográfico
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010915
Periodicidad : 
Cuatrienal
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15/06/2022
Próxima actualización : 
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