Ocio y vida social
El ocio es una combinación de tiempo libre y de capital cultural. Es un tiempo libre motivado, dedicado a actividades de disfrute– tanto activas como sedentarias- muy relacionadas con los gustos y capacidades de mujeres y hombres, cuyas motivaciones se transforman a lo largo de la vida.
La vida social es el conjunto de relaciones con personas de fuera del hogar, aparte del trabajo y la formación, de los cuidados a personas del hogar y al margen de las tareas domésticas, un tiempo invertido en actividades estrechamente relacionadas con el capital social de mujeres y hombres.
Del tiempo libre motivado se pueden analizar aspectos tales como la cantidad (tiempo libre residual al margen del trabajo dentro y fuera del hogar, del sueño y alimentación o de la formación), la calidad (actividades libremente elegidas, evitando contar como ocio actividades que son de cuidados) y el contenido (utilizando un capital cultural que eleve la imagen de las mujeres). Además, el análisis de aspectos como el lugar del ocio y la compañía muestra diferencias entre mujeres y hombres.
Otros capítulos
Otros capítulos
- Tiempo de ocio y vida social
- Actividades de ocio y vida social
- Vida social y capital social
Tiempo libre
El Tiempo libre diario que una persona puede dedicar a sus aficiones, hobbies, etc., en un día normal al margen del trabajo remunerado, del trabajo doméstico, y de la formación y los cuidados a personas del hogar- resulta ser un tiempo residual, que varía inversamente al tiempo global de trabajo de mujeres y hombres.
El trabajo remunerado y la formación condicionan el tiempo libre de manera directa en el caso de los hombres, pero en el caso de las mujeres es el trabajo doméstico y de cuidados el que directamente hace variar ese tiempo residual, aparte del trabajo remunerado y la formación; el cuidado a personas dependientes y el desequilibrio en la conciliación de la vida laboral y familiar (y personal) son factores que reducen el tiempo libre diario de las mujeres con mayor frecuencia que el de los hombres.
Diferencias (+) entre mujeres y hombres en el tiempo medio social (TMS) de la población de 16 y más años de la C.A. de Euskadi por grandes grupos de actividades, según la relación con la actividad (hh:mm). 2018
Tabla de referencia
Tiempo medio social
Las sociedades modernas valoran el papel que el ocio y las interacciones sociales desempeñan en el bienestar de mujeres y hombres.
El mayor tiempo medio social dedicado al ocio y la vida social corresponde a los hombres jubilados, 7:24, según cifras de la Encuesta de presupuestos de tiempo 2018, por encima de las siete horas diarias. Las mujeres con empleo disfrutan de tiempo medio social de 3:22 minutos al día y los hombres con empleo de 3:58 minutos, 36 minutos más de media en el citado periodo.
Tiempo medio social de la población de 16 y más años de la C.A. de Euskadi por grandes grupos de actividades según la relación con la actividad y el sexo (hh:mm). 2018
Día de la semana
El fin de semana concentra mayor tiempo de ocio y de vida social de mujeres y hombres. El tiempo dedicado a Ocio Pasivo, denominado así por el papel ‘sedentario’ de la persona que mira la televisión, lee, cultiva aficiones, acude a espectáculos, practica juegos (pero no on-line), etc. es mayor los fines de semana, y es siempre superior en los hombres – sobre media hora más por participante- respecto a las mujeres. Esta diferencia a favor de los hombres es una constante en la historia de las estadísticas de uso del tiempo.
El Ocio Activo muestra el tiempo medio empleado en actividades cuyo protagonismo recae en la persona: los paseos, salidas al monte, prácticas deportivas, actividades que transcurren generalmente fuera del hogar. Se incluye en este grupo de ocio la actividad mediante el ordenador y el uso de internet, que frecuentemente se desarrolla en la vivienda. Se ha computado entre mujeres y hombres una diferencia media de 20 minutos y más en el tiempo por participante empleado en ocio activo, siempre a favor de los hombres todos los días de la semana.
Las actividades más frecuentes de la vida social son las salidas a comer, cenar o tomar copas y las conversaciones con personas de fuera del hogar. También se incluyen en la vida social las prácticas religiosas, las actividades de voluntariado y las ayudas desinteresadas a otros hogares.
Tiempo medio por participante en ocio y vida social según día de la semana y el sexo (hh:mm) 2018.
Tabla de referencia
Hora del ocio total
El grupo de población con menor tiempo de ocio total, incluido el ocio pasivo, atendiendo a los grupos de edad corresponde a la población de entre 35 y 59 años, y también la menor brecha entre mujeres y hombres. En el gráfico inferior se muestra la tasa de participación de mujeres y hombres de dos categorías de edades (de 35 a 59 años y de 60 y más) en actividades de ocio total a lo largo del día, entre las 6:30 de la mañana y las 11:59 de la noche, según cifras de la Encuesta de presupuestos de tiempo 2018.
Las tasas más bajas de participación en actividades de ocio corresponden a los momentos del día en que mujeres y hombres comen o duermen, trabajan, estudian, realizan tareas domésticas, cuidan de personas del hogar o se desplazan.
La distribución horaria con mayor tasa de participación en actividades de ocio se asemeja entre mujeres y hombres, mostrando un máximo sobre las 10 de la noche (22:00) con la mitad de la población en actividades de ocio pasivo, y otro pico entre las 5 y las ocho de la tarde (17:00 y 20:00). La tasa de participación en actividades de ocio total es notablemente menor en las mujeres de 60 y más años, respecto a los hombres de esa edad a lo largo del día, hasta pasadas las 9 de la noche, cuando las líneas horarias – las tasas de participación- se superponen.
Tasa de participación de la población en actividades de ocio total según intervalo horario por edad (35-59 años, 60 y más) y sexo (%) 2018
Ocio pasivo: medios de comunicación y aficiones
Las actividades más comunes del ocio calificado de ‘sedentario’ (con tasas de participación superiores al 90%) están relacionadas con la comunicación: ver la televisión, leer libros, periódicos y revistas, escuchar música, u oír la radio; se incluyen además, las aficiones (pintar, esculpir, interpretar música, etc.) la asistencia a espectáculos, exposiciones, conciertos, salas de cine, o juegos (pero no on-line).
Se aprecian diferencias entre mujeres y hombres respecto al consumo de medios de comunicación, al objeto de la lectura y también a la elección de las actividades culturales y recreativas que transcurren fuera del hogar, como juegos y aficiones.
El tiempo medio por participante de la mujeres, según cifras de 2018, asciende a 2:54 y el de los hombres a 3:05.
Tiempo medio por participante en actividades de ocio pasivo según la relación con la actividad y el sexo (hh:mm). 2018
Tabla de referencia
Ocio activo: actividad física e internet
Los paseos, salidas al monte y las prácticas deportivas son las principales actividades del denominado Ocio Activo; transcurren generalmente en el exterior, y con frecuencia se llevan a cabo en compañía.
La mayor diferencia entre mujeres y hombres se refiere a la tasa de participación en las prácticas deportivas principalmente, aunque la tasa de participación aumenta: entre 1998 y 2018 la tasa va de 8.3% a 12.9% para las mujeres y de 13.7% a 21.9% para los hombres.
Además, en el tiempo medio por participante empleado en ocio activo se ha computado entre mujeres y hombres una diferencia media cercana a 20 minutos, siempre a favor de los hombres todos los días de la semana.
El uso del ordenador y de internet se ha asociado al ocio activo, se desarrolla con frecuencia en la vivienda y su práctica ha crecido notablemente entre mujeres y hombres –tanto la tasa de participación como en el tiempo medio por participante-. Los indicadores siguen siendo ligeramente más elevados entre los hombres, y se aprecia un uso diferencial: las mujeres utilizan ligeramente más las redes sociales y WhatsApp, mientras los hombres utilizan más los medios de comunicación y la descarga de ficheros.
Tiempo medio por participante en actividades de ocio activo según la relación con la actividad y el sexo (hh:mm). 2018
Tabla de referencia
Actividades de la vida social
Las actividades más frecuentes de la vida social son las salidas a comer, cenar o tomar copas, - tienen lugar fuera de la vivienda- y las conversaciones con personas externas al hogar. Las nuevas tecnologías producen cambios en las interacciones sociales, tanto en la frecuencia de la comunicación personal como las relaciones personales construidas a través de las redes sociales.
Las prácticas religiosas, las actividades de voluntariado y las ayudas desinteresadas a otros hogares son actividades muy relacionadas con el denominado capital social de mujeres y hombres.
Si bien la operación EPT no permite medir el volumen exacto de trabajo voluntario de la población- puesto que el sistema de recogida de información asigna a cada persona un solo día de la semana concreto para informar sobre el uso del tiempo y una actividad asociativa no es necesariamente una práctica diaria- el análisis cualitativo de la información es relevante.
La diferencia en el tiempo medio por participante entre mujeres y hombres en actividades de voluntariado no es tan significativa como la diferencia en el tipo de entidad y en el modo en que mujeres y hombres participan o colaboran, según se desprende de la Encuesta de Condiciones de Vida . La Encuesta sobre Capital Social también amplia esta información.
Tiempo medio por participante en actividades de la vida social según la relación con la actividad y el sexo (hh:mm). 2018
Tabla de referencia
Capital social de las mujeres
El capital social de mujeres y hombres está relacionado tanto con la exclusión social como con el éxito y la integración. La vida asociativa repercute tanto en el bienestar individual como en la propia comunidad. Las relaciones de amistad o familiares serían las formas menos institucionalizadas de capital social.
Algunas dimensiones como participación social, redes sociales y apoyo social miden características de la persona mientras que otras como reciprocidad y confianza están más relacionadas con atributos de la comunidad.
Las redes de mujeres suelen situarse en esferas distintas a las del capital social de los hombres. El capital social de las mujeres está más vinculado a la creación de lazos que de puentes, es decir, suelen dedicarse a servir al grupo (“que crea lazos”) y no tanto a desarrollar contactos con el mundo del poder político y económico (“que crea puentes”), según señalan estudios recientes.
Valores medios de indicadores de Capital social según sexo.2017
Nota de prensa 2018